Cuando sea grande…
Las cartas en la mesa
Si no tienes un buen horario y no eres organizado, al final te estresaras. Giselle Romero, Psicóloga estudiantil, nos comenta: “Existen dos tipo de estrés, el "eustrés” que es el positivo y el “distrés” que es el negativo”. Si ese estrés se convierte en distrés, “la persona puede empezar a somatizar y generar enfermedades como por ejemplo: gastritis, dolores de cabeza, mareos, diarreas, etc.”
Comer te da alas
Amo la pizza, el pollo broster y las hamburguesas con queso pero todo esto es comida chatarra.Aunque sean muy ricos en calorías, son muy poco nutritivos. Al final tu cuerpo se sentirá cansado y perderás agilidad mental, algo contraproducente para el estudio. Por eso es tan importante la alimentación en el estudiante. Carreras explica: “Un estudiante promedio debería comer 6 comidas al día de pequeñas porciones, cada 3 horas debe comer una fruta y tomar bastante agua, y al menos a mitad del día entre 1 y 2 pm debe almorzar. Saltarse los alimentos hace a los jóvenes más propensos a sufrir obesidad y diabetes. Mientras que si te alimentas de manera sana podrás retener mucho más información, potenciaras tu memoria y concentración.
Manos a la obra
Miguel Carbonell, jurista, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cadiz aconseja “Escoge bien las materias y los profesores con los que vas a estudiar cada semestre”. Pregunta a tus compañeros como es la enseñanza de ese profesor. Lo fácil que hace que lo demás pasen el curso no debe ser el principal motivo para elegirlo. Recuerda que estas pagando para aprender. Decídete por el profesor que es equilibrado, que sabe ser dinámico y a la misma vez serio en su trabajo. Si no comprendes un tema, consulta a la fuente. Conversa con tu profesor, esto te ayudará a superar los obstáculos en la clase con más rapidez.